Sabina es más delicioso que un tiramisú de limón
No me acuerdo exactamente desde cuándo empecé a seguir la música de Sabina, pero si me acuerdo cómo. En esos amoríos de los 17 o 18 años, alguien me invitaba todas las tardes a escuchar sus trovas acompañadas de risas y otras cosas más.
Al chico no lo he visto hace muchos años, tantos que me he olvidado cómo era, pero de Sabina me queda sus trovas, su música, su voz en cada letra que escucho y en mi recuerdo, sus frases tan locamente acertadas.
Sabina no muere, como Neruda y para mi no pasará de moda, como Channel.
Asi como él existe, existen sus seguidores y así como ellos existen yo seguiré escuchando sus frases enroladas en una nota musical.
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