¿A quién le hacemos caso, corazón?
Dejaré a exposición tu corazón hasta que comprendas que lo que dices ya no sentir
sigue tan vigente que la fecha de expiración que le pusiste se venció en el tiempo.
Y sonreiré, porque nunca me habré equivocado.
Tu corazón siempre habló por ti. A través de sus latidos me comunicaba que tu amor seguía intacto, mientras tus ojos se esforzaban en no buscarme.
No fue fácil darme cuenta, créeme. Formaste una buena estrategia de falsedades, auto engañándome y mintiéndote. Pero hay algo que no podías callar. ese grito desesperado e inoportuno que estremecía tu piel y tus sentidos cada vez que intentabas hablarle a mi espalda. Cada vez que huía a correr en sentido contrario a tus pasos.
Fuimos grandes mentirosos. Los mejores. Pudimos engañar a todos, menos a la única arma letal que nos permitió rendirnos a nuestro impecable desenlace. Dime acaso cuánto más intentaremos aguantar con tal de no darles la contra al resto.
Apuéstame a tenerte tan cerquita a mí que terminaremos ganando eso que hemos intenatado perder.
Te daré una palabra que no podrás dejar de convertir en frases silenciosas, en ahogos estruendosos y en susurros tan lejanos que solo nosotros hemos aprendido a descifrarlos.
Y ahora dime, ¿A quién le hacemos caso, corazón?
0 Tu opinión me importa:
Publicar un comentario