Por favor, no me toques
Deja que tu mirada fluya ante mis ojos y no digas nada, que puedo percibir el miedo que brota de tus poros al verme. Pero, créeme vida mía, que si mis ojos te miran sorprendidos esta tarde, al verte inesperadamente y no puedo gesticular ni un sonido es que aun no logro entender que esta vez no eres un sueño mío.
Ven, tócame. Siénteme. Te invito a poner las yemas de tus dedos sobre mi piel. Te invito a rozarme con tus manos, esas que ahora me parecen extrañas, que ni mi piel las recuerda. Después de tantas caricias, mira tú, nuestros cuerpos ya ni se acuerdan del calor de ambos se daban.
Ven, tócame. Siénteme. Te invito a poner las yemas de tus dedos sobre mi piel. Te invito a rozarme con tus manos, esas que ahora me parecen extrañas, que ni mi piel las recuerda. Después de tantas caricias, mira tú, nuestros cuerpos ya ni se acuerdan del calor de ambos se daban.