Carta a mi otro yo
Mi otro yo no es más que un alma vigente.
Tiene miedo de todo y duda sin cesar. Se esconde en la esquina del baño para llorar en silencio, sin testigos y con las manos sobre en el rostro.
Le gusta caminar con el sol en la cara y el pelo suelto, peleándose con el aire y viendo las ondas de su cabello bailar en su cabeza, como una gran fiesta. Casi nunca lleva el mp4 puesto. Las canciones que escucha no las pasan en la radio, sino que se reproducen cada vez que tararea una letra olvidada.
Tiene miedo de todo y duda sin cesar. Se esconde en la esquina del baño para llorar en silencio, sin testigos y con las manos sobre en el rostro.
Le gusta caminar con el sol en la cara y el pelo suelto, peleándose con el aire y viendo las ondas de su cabello bailar en su cabeza, como una gran fiesta. Casi nunca lleva el mp4 puesto. Las canciones que escucha no las pasan en la radio, sino que se reproducen cada vez que tararea una letra olvidada.